El tabú de la Psicologia

La psicología es la rama de la medicina que todos olvidamos, es una parte que a nivel social “nos da vergüenza” reconocer que somos tratados por un psicólogo, por “el qué dirá”.

Ir a terapia no debe ser una vergüenza en múltiples casos es indispensable el tratamiento psicológico.Un ejemplo sería en casos de pacientes tratados de enfermedades que los debilitan, que les cambian la vida radicalmente e incluso los familiares y amigos que están con ellos, no sólo padecen un cambio físico por la enfermedad, además a nivel emocional y psicológico todos los tratamientos, horas de hospital, cambios físicos y demás producen alteraciones a ese nivel.

Pero no solamente aquellos que pasan por grandes cambios en su vida son los únicos que pueden acudir a este tipo de especialistas, en nuestra vida diaria hay ocasiones en las que esta ayuda nos puede ser muy beneficiosa, en casos de estrés, ansiedad, o presión por parte de los demás son ejemplos comunes de situaciones que a veces no sabemos con tratar.

A continuación os dejo un escrito de nuestra psicóloga Sandra Jimenez para hacer una pequeña reflexión ante una de las situaciones más cotidianas como es la incertidumbre ante el cambio en algunas de las situaciones que en alguna vez en nuestra vida nos encontramos.

“Las presiones. Los tediosos momentos temporales y espaciales que aparentemente nos incitan a tomar decisiones. Parece que nos empujan, nos obligan… a tomarlas. Momentos puntuales de profundos cambios: la entrega de una vivienda en fecha x, el cese de una actividad laboral con fecha conocida, el inicio de la jubilación, el nacimiento de un bebé, el fin de un proceso dado que ha llevado un tiempo elaborarlo, etc. Deberían ser momentos de regocijo personal, de impass y agradecimiento por la experiencia que se ha estado viviendo. Pero cuanto nos cuesta a veces ser felices. Y os propongo hoy esta reflexión…

Ya decía Hellinger, que “la felicidad se experimenta como peligrosa, porque nos convierte en solitarios. Con los problemas y la desdicha, sigue diciendo, nos sentimos acompañados.”

Ante los cambios inminentes, la pregunta que nos atormenta casi automáticamente siempre suele ser la misma. “Y ahora ¿Qué?” Y cuanto nos cuesta vivir con la incertidumbre del no saber, del no tener planes para mañana por la mañana. Y cuanto se nos activan los niveles de ansiedad y sufrimiento, escapándosenos el momento de gran felicidad actual que nos tocaría estar viviendo.

Y creo firmemente que la solución pasa por la aceptación. La aceptación de que la duda, la incertidumbre, el no saber, y el no tener la decisión precisa en el momento oportuno, son y han de formar parte de nosotros también. La aceptación de que porque finaliza un proceso, no necesitamos tenerlo todo cuadrado en el minuto siguiente. La aceptación, de que podemos permitirnos convivir con la incertidumbre los días que sean necesarios. Podemos permitirnos dudar y no saber. Y no por ello somos menos. Nadie nos rinde cuentas, sólo nosotros mismos. Podemos convertir la incertidumbre en nuestra aliada., y transitar juntas… el tiempo que sea necesario… hasta que la decisión sobrevenga por sí misma.”

Esperamos que esta pequeña reflexión haya hecho quitar una de las capas tabú sobre esta infravalorada ciencia que tanta ayuda nos puede prestar.

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